De un curso en línea a una verdadera experiencia de aprendizaje

En esta propuesta gráfica, está en nuestra esfera de acción decidir que un curso es una colección de materiales (por ejemplo, lecturas que se encadenan a través de instrucciones y alguna forma de evaluación) o es una experiencia que promueva el involucramiento del aprendiz a partir de su interacción e, incluso, inmersión en ese mundo. Otra parte de la toma de decisiones al desarrollar el producto educativo es la conexión que tendrá con la realidad: puede estar muy desconectado de ella (al trabajar solo con conceptos o principios, por ejemplo) o estar totalmente relacionado con contextos, problemáticas y oportunidades reales (como sucede al diseñar soluciones con y para una comunidad). Finalmente, también se puede optar por un diseño que promueva una baja, mediana o elevada interacción con los recursos a disposición del aprendiz: materiales y contenidos, otros aprendices, otros docentes, así como expertos, organizaciones y comunidades externas a la instancia educativa. Las elecciones para estas tres dimensiones idealmente deben basarse o informarse en evidencia de investigación, con lo que se construye una propuesta educativa más sólida.

Por otra parte, el involucramiento no solo depende de lo que hace el docente o la institución, sino también de factores propios del aprendiz, como la motivación. Así, un estudiante con un elevado perfil en este factor hacia cierto tema puede profundizar en gran medida con una serie de lecturas o videos, mientras que uno de bajo perfil motivacional puede considerar esos materiales tediosos o irrelevantes. Vemos entonces la necesidad de generar no solo cursos que cubran el currículum, sino verdaderas experiencias de aprendizaje que envuelvan al estudiante para potenciar su interés y deseos por aprender y que incorporen los hallazgos de la investigación para lograr que recuerdos consolidados que puedan reconstruirse en el momento en que se requieran.

Las experiencias de aprendizaje se conciben como aquellas intervenciones educativas que promueven el involucramiento activo del estudiante en su proceso de aprender, a partir de acciones basadas o informadas en evidencia y que consideran, desde su diseño, las trayectorias cognitiva, emocional y conductual del aprendiz. Usamos la definición de involucramiento de Kosslyn [1] que se detalla más adelante.

El propósito de este artículo es aportar:

   a. Un marco de diseño de experiencias de aprendizaje en línea que haga uso de modelos de aprendizaje activo (AA), y que impulse el     involucramiento continuo mientras el estudiante aprende, así como
   b. Un procedimiento para su evaluación.

Las vías para promover mejores aprendizajes se derivan del AA, ese conjunto de modelos que se han probado a través de investigación rigurosa y que siguen, total o al menos parcialmente, los lineamientos previstos por Kosslyn [1]. Debido a la importancia que tiene el involucramiento en el aprendizaje dentro de AA, se incluye un apartado al respecto dentro de este trabajo.