DOI del artículo:https://doi.org/10.22201/dgtic.26832968e.2022.6.2
Arturo Muñiz Colunga, DGTIC, Universidad Nacional Autónoma de México
Lissette Zamora Valtierra, DGTIC, Universidad Nacional Autónoma de México
ORCID: 0000-0003-1581-5889
Resumen • Introducción • Desarrollo • Metodología • Conclusiones • Bibliografía • [Versión PDF]
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Resumen Abstract Cita
El 28 de febrero de 2020, un hombre de mediana edad, al parecer proveniente de Italia, fue detectado como positivo al virus SARS-CoV-2, esto representó oficialmente el primer caso de COVID-19 en México. La enfermedad que había surgido en China hacia finales del 2019 y de la que muy poco se conocía había llegado a nuestro país. Entrando el mes de marzo y cada vez con más casos confirmados en todo el país, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba una pandemia.
La incertidumbre en México era generalizada, existían muchas incógnitas que la población empezaba a manifestar en medios y redes sociales. Dentro de esta vorágine de inquietudes, surgían también las interrogantes respecto a qué derrotero tomaría la educación en el sentido de la asistencia a clases presenciales y continuidad de los cursos correspondientes. Durante esta consecución de acciones, dudas y el avance de la pandemia, el día 20 de marzo se anunció la suspensión de clases presenciales en todos los niveles, al momento se contempló un mes para esta medida, pero el 23 de marzo por parte del gobierno federal, se decretó la Jornada de Salud que entre otros temas, ordenó la suspensión de actividades no esenciales, el cierre de espacios públicos e instaba al confinamiento en casa para intentar controlar la propagación de la enfermedad.
En este marco, la UNAM tuvo que reaccionar de manera diligente, ante una comunidad universitaria con más de 360,000 alumnos y cerca de 42,000 académicos [1], no es fácil virar súbitamente a un modelo educativo de emergencia. El enfoque pedagógico de las prácticas educativas de una institución escolar, no solo implica los programas de estudio, sino las prácticas concretas de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, se establecieron acciones y esfuerzos para llevar esta transición de la mejor manera, justo cuando el año educativo estaba en marcha.
Ante ese panorama, diversas instituciones y dependencias universitarias entraron en acción bajo las indicaciones de la Rectoría General. La Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de la Información y Comunicación (DGTIC), a través de la Coordinación de Tecnologías para la Educación - h@bitat puma (CTE) se sumó a las acciones. La experiencia y resultados de 11 años de formación docente en uso e integración de TIC, coadyuvó con acciones emergentes para la transición a esta modalidad emergente a distancia propiciada por el contexto de pandemia descrito.
Fecha de recepción: 20 de septiembre de 2022
Fecha de publicación: Diciembre de 2022
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