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Los tres tipos de servicios que provee el cómputo en la nube pueden ser montados en sistemas tradicionales, es decir, sistemas en los cuales una máquina (servidor) contiene un sistema operativo en el que se le instalan aplicaciones. En la actualidad se utiliza el concepto de virtualización, que consiste en abstraer un componente de hardware en un módulo de software. Esto genera muchas ventajas, ya que mejora el rendimiento de los recursos físicos que suelen ser desaprovechados cuando solo se tiene un componente de software (sistema operativo). Por ejemplo, se pueden agrupar múltiples máquinas virtuales en un servidor físico. Para ello se utiliza una herramienta llamada hypervisor, el cual gestiona los recursos físicos del servidor para que sean usados por todas las máquinas virtuales como son memoria, acceso a la tarjeta de red, acceso a los procesadores y acceso al disco duro. Este concepto se conoce como Network Function Virtualization (NFV) [4]-[5], es decir, este paradigma tiene el propósito de utilizar máquinas de propósito general para virtualizar switches, servidores y máquinas virtuales. Si un cliente desea agregar una nueva función de red, solo se pone en marcha una nueva máquina virtual. Esto permite a los clientes y proveedores de estos sistemas crear y eliminar recursos de red dependiendo la demanda. De esta manera se obtiene una gran escalabilidad y personalización. Gracias a todas estas ventajas, los servicios de cómputo en la nube aprovechan el potencial del modelo NFV. La figura 1 muestra una red con switches y servidores virtuales montados en una máquina física sobre un hypervisor.
Figura 1. Red virtualizada mediante NFV, 2022. Fuente: elaboración propia.
Fecha de recepción: 13 de diciembre de 2021
Fecha de publicación: junio de 2022
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